¡Hola holita, Miguelitos!
¿Cómo estáis de estar estando en este día de diario diurno? (o nocturno, si es que leéis esto de noche). A nosotras empiezan a acabársenos (¿esta palabra existe?) las ideas para saludar de forma original (que, a ver, después de ¿tres?, ¿cuatro años? ¿Cuánto llevamos aquí? es normal que las ideas se nos vayan agotando), pero no os preocupéis porque tenemos un gran talento para innovar lo suficiente como para que no os deis cuenta pero no lo suficiente como para que nos suponga un gran esfuerzo.
Hoy os vamos a sorprender. ¡Sí! ¡Venimos con otra receta! Os hemos dejado patidifusos, ¿verdad? Lo sabemos. Vivimos para dejaros sorprendidos o confusos… o las dos cosas (o ninguna). Para nada hemos estado avisando de que estamos en el mes de las recetas detox. Pfff, qué va (si no habéis leído las otras, muy mal, eso que os lleváis de deberes).
Tras mucho, mucho pensar, tratando de averiguar qué receta cumplía todos los complicados requisitos que pedíamos (que fuera «detox» *guiño, guiño* y que fuera para vagos), y tras haber barajado recetas como albóndigas estilo casa de la abuela, falso pastel de cabracho y falso chow mein (qué le vamos a hacer, somos unas falsas), hemos acabado yendo a lo fácil, a lo sencillo, al consumo de azúcares. Como debe de ser. Es por eso que os presentamos una receta básica pero que siempre triunfa, el…
INGREDIENTES
1 yogur.
Ralladura y zumo de 1 limón.
1 medida del vaso de yogur de aceite. (La gente dice que es mejor usar aceite de girasol, pero en mi casa se ha usado de oliva toda la vida y el bizcocho sale estupendo).
2 medidas del vaso de yogur de azúcar. (No olvidar este paso, por favor. El otro día yo olvidé echarle azúcar a mi bizcocho de yogur y es la cosa más agria del mundo).
3 medidas del vaso de yogur de harina.
3 huevos.
1 sobre de levadura.
Un bol.
Mantequilla para engrasar el molde.
Un molde.
Un horno.
Una batidora (si es usted especialmente vago y no desea batir a mano) (como yo).
PREPARACIÓN
1. Precaliente el horno a 180 ºC.
Fatal, fatal. |
BIZCOCHO DE YOGUR Y LIMÓN
INGREDIENTES
1 yogur.
Ralladura y zumo de 1 limón.
1 medida del vaso de yogur de aceite. (La gente dice que es mejor usar aceite de girasol, pero en mi casa se ha usado de oliva toda la vida y el bizcocho sale estupendo).
2 medidas del vaso de yogur de azúcar. (No olvidar este paso, por favor. El otro día yo olvidé echarle azúcar a mi bizcocho de yogur y es la cosa más agria del mundo).
3 medidas del vaso de yogur de harina.
3 huevos.
1 sobre de levadura.
Un bol.
Mantequilla para engrasar el molde.
Un molde.
Un horno.
Una batidora (si es usted especialmente vago y no desea batir a mano) (como yo).
PREPARACIÓN
1. Precaliente el horno a 180 ºC.
2. Ralle la piel del limón, previamente lavado, y tratando de no llegar a lo blanco, que amarga. Una vez hecho eso, exprímalo. Reserve.
3. Eche el yogur en un bol.
4. Llene el vasito de yogur de azúcar (medidas indicadas en INGREDIENTES) y añada al bol.
5. Haga lo mismo con cada uno de los ingredientes, batiendo entre medias. No olvide añadir el limón.
TRUCO DEL ALMENDRUCO: si quiere que su bizcocho salga esponjoso cual nube de algodón y especialmente delicioso, a la hora de añadir los huevos reserve las claras y bátalas a punto de nieve. Una vez hecho esto, incorpórelas en dos tandas a la masa (previamente batida en una mezcla homogénea) e incorpore con cuidado, haciendo movimientos envolventes, para no cargarse todo el aire que se ha trabajado en las claras. Si, por el contrario, es usted un vago de verdad como yo, mande a la mierda las nubes esponjosas y hágalo a lo bestia. O adquiera una Camino que valora la esponjosidad y ejercita sus fuertes brazos en este tipo de procedimientos y confíe en que le tenga el suficiente aprecio como para compartir su bizcocho con usted. … En realidad uso batidora.
6. Engrase el molde de su elección con abundante mantequilla. Si no se fía de poder desmoldar bien, previo a la mantequilla coloque una capa de papel de aluminio. Luego, proceda a engrasar. (Habría sido más fácil poner primero lo del aluminio, pero el orden es aburrido).
7. Con suerte, el horno ya estará precalentado a estas alturas. Suele avisar. O no. El de Camino hace «PIPIPI» cuando ha llegado a la temperatura deseada. El de Marina no suele ser tan comunicativo. Meta el molde con la masa en el horno.
8. Hornee a 180 ºC durante 30 minutos o hasta que la capa superior del bizcocho esté crujiente y dorada y, al insertar un palillo dentro, salga limpio.
9. Saque del horno, desmolde con cuidado y deje enfriar.
10. ¡Disfrute!
Como veis, esta receta es un clásico entre los clásicos, y lo bueno es que, si no os apetece un bizcocho de limón, podéis hacerlo de cualquier otro ingrediente: naranja, extracto de azahar, vainilla, fresas (en este caso aconsejamos triturarlas hasta que sean puré y poner bastante cantidad)… ¡vaya, lo que queráis! (A ser posible, que pegue con el bizcocho. Bizcocho de pollo frito con morcilla, por ejemplo, nos pega menos. Aunque si queréis innovar… contadnos a ver qué tal sale). Es el básico de cualquier casa, y nunca falla: siempre sale bueno (excepto si no echas azúcar). Si tenéis que ir a alguna parte y llevar comida, llevad esto, quedáis bien seguro. O, si lo preferís, quedaos en casa y coméoslo solos, como gochos, con ansia suprema: hagáis lo que hagáis no vamos a juzgaros. Total, nosotras también lo haríamos.
Por cierto, no sabemos si os habéis dado cuenta de los gifs temáticos. Estamos muy metidas en Doctor Who últimamente y, qué podemos decir, nos apetecían :D. Además, así os amenizamos la receta con los Doctores que conocemos y que nos han enamorado, que son todos (todavía ninguna de las dos ha llegado a la 13, aunque ganas no nos faltan). Missy va de regalo. Tampoco os preocupéis mucho porque probablemente os enteraréis de que hemos llegado a la 13 y la hemos pasado cuando subamos una entrada de los mejores companions o algo así (si no habéis visto la serie probablemente no podáis leer esa hipotética entrada porque spoilers… lo que también es una referencia porque «Hello, sweetie»).
Y hasta aquí la receta de esta semana. Hemos llegado, queridos nuestros, al fin de nuestro maratón de recetas detox. Esperamos que os haya gustado y que no os deprimáis por el fin de este enero delicioso, no es como si fuéramos a dejar de subir recetas o algo (a lo mejor si nuestra imaginación no da para más hacemos un febrero de recetas gochas, para variar un poco en contenido. Y, así de sorpresa, solo subimos entradas sobre coles hervidas y brócoli. Sabemos que se os hace la boca agua solo de pensarlo).
Y hasta aquí la receta de esta semana. Hemos llegado, queridos nuestros, al fin de nuestro maratón de recetas detox. Esperamos que os haya gustado y que no os deprimáis por el fin de este enero delicioso, no es como si fuéramos a dejar de subir recetas o algo (a lo mejor si nuestra imaginación no da para más hacemos un febrero de recetas gochas, para variar un poco en contenido. Y, así de sorpresa, solo subimos entradas sobre coles hervidas y brócoli. Sabemos que se os hace la boca agua solo de pensarlo).
Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina
P.D.: UUUUEEEEEEUUUUUUUUUUU EEEEEEUUUUUUUUUU DUN DUN DUN DUN DUN.
Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Adelante, no seas tímido, comenta, por favor! Al fin y al cabo vuestros comentarios son los que le dan vida al blog... (Y a nosotras nos hacen muy felices. En serio, nos emocionamos mucho).
Eso sí, y quien avisa no es traidor: si el comentario es simple SPAM o demuestra que no habéis leído la entrada (y lo sabemos, siempre lo sabemos) recibiréis una sorpresa. No es nada malo, tranquilos. Pero recordad… Los Migueles siempre nos enteramos de todo.
¡Gracias y muchos brillis brillis para vosotros!