domingo, 7 de octubre de 2018

Cómo saber si NO le caes bien a tus suegros.

¡Hola holita, Miguelitos!



¡Ya hemos entrado el octubre! La vida pasa a toda velocidad, ¿eh? Que parece que fue casi ayer Año Nuevo 2018 y resulta que ya nos estamos acercando al 2019. Madre mía. (Esta entrada nos está empezando a quedar algo de viejas. Qué se le va a hacer).

A propósito de nada («primero que todo, yo soy más que tú»), no queda nada para nuestro Miguelversario (el 26 de noviembre). Os lo recordamos por si se os había olvidado, para que vayáis comprándonos dulces y un regalo. Qué menos, que nosotras estamos aquí todos los domingos dándoos charlas y contándoos cosas seriamente guays.

Hoy queremos hablaros de un tema muy serio. Superserio. Hiperserio. Extraserio. No, no va el percal sobre las natillas de morcilla. Tampoco venimos a discutir acerca de la creación de las dos colonias más repugnantes del mundo, las de coco y vainilla (dios, mi némesis de perfume. Qué horror, qué pánico, qué pesadilla olfativa) (y, ya puestos, gustativa también, porque no me gusta ninguno de los dos sabores). No. Hoy venimos a daros las claves para saber si tu suegra o suegro (o ambos) no te quiere (o quieren).


Como bien sabéis (o deberíais saber) hicimos en su momento toda una serie de entradas dedicadas al AMMMMOOOORRRRRR que iban dando pequeñas clases de qué NO hacer cuando te estás intentando ganar el corazón de tu amado o amada. Y aquí hemos llegado. Gracias a nuestros sabios, sabios consejos, habéis logrado acabar manteniendo una relación más o menos estable con la persona deseada (de nada) (ESPERAMOS QUE DE FORMA CONSENSUADA) e incluso habéis podido conocer a sus padres (también os dejamos una guía de lo más útil sobre lo que NO hay que hacer cuando conozcáis a sus padres). El problema llega cuando comenzáis a sospechar que, a pesar de haber seguido fielmente las reglas que os hemos dejado, no es que les caigáis muy bien.

De modo que aquí, con toda nuestra buena intención, os dejamos una lista con esas sutiles señales que pueden estar dando vuestros suegros (o, realmente, cualquier persona, pero vamos a dejarlo en los suegros), para que, si os encontráis con una, estéis ojo avizor.

Cómo saber si NO les caes bien a tus suegros
  • Cuando vais a visitarlos, te dan con la puerta en las narices.
  • Te miran como el que mira a una pelusa descomunal que se ha encontrado mientras limpia debajo de la cama. (Es una expresión muy particular y reconocible. Es una mezcla de «por qué a mí» aderezada con cierto toque de náuseas y mucho, mucho resentimiento hacia el mundo).


  • Te azuzan al perro o al gato o, si los hay, a los hermanos pequeños. (Si son estos últimos, realmente te detestan).
  • Lo más bonito que te dicen es «IUUUUU».
  • No te ofrecen nada de comer o de beber.
  • Te escupen sin ningún tipo de disimulo en el café, el té o cualquier cosa de comida y bebida que te ofrezcan.
  • Cuando vas a su casa cuentan la cantidad exacta de cubertería que tienen para asegurarse de que no les robas las cucharillas.
  • Te sacan defectos en tu cara.
  • Lo que más les gusta de ti es tu ausencia. (Así que no les des el gusto).
  • Te sonríen como si les estuvieran sacando una muela sin anestesia.


  • Recuerdan a tu pareja lo geniales que eran sus otras exparejas comparándolas contigo (y si no las ha tenido, se las inventan, porque en la guerra todo vale).
  • Hablan con tu pareja de gente aleatoria y le dicen lo buena pareja que harían juntos. Mientras tú estás delante.
  • Ignoran tu existencia y te hacen el vacío mientras tú hablas.
  • Dicen cosas como «No me puedo creer que hayáis aguantado tanto como pareja. Yo no daba nada por esta relación». (Así, muy sutilmente).
  • Te regalan cosas espantosas.


  • Te regalan cosas inútiles. (Mira que odio que me regalen cosas sin motivo, pero que además sean inútiles… ¿Qué hago yo con eso?).
  • No te regalan nada a ti pero sí a tu pareja, mirándote, además, con recochineo cuando lo hacen.
  • Se autoinvitan a tu casa continuamente para arruinar tus planes.
  • Cuando se autoinvitan a tu casa luego siempre están allí como si estuvieran a disgusto y oliendo mierda.
  • Le dicen a tu pareja de forma sutil (o no tan sutil) que estás arruinando su vida.
  • Se niegan a comer cualquier cosa que prepares. Como tus galletas. (Yo tengo una guerra con esto. No con mis suegros, sino con otra persona que ha sido introducida en mi vida de forma gratuita. No se come mis galletas. La odio por ello).
  • Se comen la comida que les sirves, pero le dan la mayoría al gato como si fuera algo despreciable cuando te has pasado horas cocinándola (Satán estaría contento, yo no).
  • Cuando llegan a tu casa revisan si tienes polvo en las encimeras o pelusas bajo los muebles y luego dicen cosas como «Yo no confiaría que mi hijo/a viviera en estas condiciones». (Como si su hijo/a no tuviera manitas para limpiar él/ella).
  • Se disfrazan de viejo decrépito y te intentan obligar a comer una manzana de apariencia un tanto sospechosa. (Creo que esto era la madrastra, pero también se puede aplicar en suegros). (Técnicamente la madrastra cuenta como suegra desde el punto de vista sociolegal).


  • Cuando estás delante cuchichean y se ríen con risa de viejo senil sin hacerte partícipe de la broma. (Probablemente porque es sobre ti).
  • Te dicen que te odian.
  • Te ponen veneno en la comida.
  • Cuando estáis en la misma habitación, el desprecio se palpa en el ambiente.
  • Te desea la muerte cuando tu pareja no mira.


  • Te dicen que vuestros hijos serán muy feos y que no pueden permitir que eso pase.
  • Siempre te comparan con otras personas, menospreciándote, para hacerte ver lo poco que eres para su familia y pequeño retoño.
  • Citando al gran Ángel Sanchidrián, «no se ríen aunque le digas “¡Las cocretas no engordan, engordas tú!” que cualquiera se monda con eso».
  • Chasquean los dedos delante de ti intentando que te volatilices al más puro estilo Thanos.


  • Te dicen que no vas a llegar a nada en la vida.
  • Te tiran del pelo, acusándote de teñirlo de monogrillo (y es naturaaaaaaal).
  • Le sugieren a tu pareja que sería más feliz viviendo en otro lugar (sobre todo si ese otro lugar está lejos de ti).
Y estos son los problemas de día a día de muchas personas. Nosotras no entenderíamos si nos llegan a pasar estas cosas (y, de hecho, no entendemos cuando nos pasa) porque somos monas, divertidas y adorables, y cualquier persona debería estar encantada de tenernos como nueras, ¡somos amor! Pero hay gente que no sabe valorar lo bueno y, en vez de vernos como un regalo del cielo para sus hij@s, nos ven como amenazas. C'est la vie! La perfección genera envidias.

Es por eso por lo que creemos que si os encontráis en esta situación y habéis reconocido en esta lista algunas de las actitudes de vuestros suegros, paséis de su culo felizmente y sigáis con vuestra vida, porque os tienen envidia porque sois maravillosos. Que les zurzan. (Ante todo, dignidad) (Además, con quien estáis saliendo es con vuestra pareja, no con vuestros suegros).


Y esto es todo por hoy. No creemos que sea necesario añadir más. Las relaciones ya son complicadas por sí mismas como para además añadirles el trato con familiares. ¡Y eso que no hemos hablado de cuando tus suegros te quieren demasiado! Posiblemente sea peor que cuando te odian, pero por el momento intentaremos no enfrentarnos a esas situaciones. A ninguna de ellas, de hecho. Os deseamos buenas relaciones suegro-nuera/yerno y, si no son buenas, al menos soportables. Y si no, como dice la canción… kill them with kindness. O kill them sin más, con una motosierra (es mucho más rápido).

Con mucho amor y brillis brillis
Camino y Marina

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