domingo, 3 de abril de 2016

Receta para vagos #4: El beso del demonio de San Patrick.

¡Hola holita, Miguelitos!


¿Cómo están pasando estos días para vosotros? ¿Chachis pistachis? ¿Sin el pistachi, sólo chachi? Esperamos que con el pistachi (un pistacho también sirve), si no realmente… pierde un poco de caché todo. (Cha-chi, chachi piruli, será, será que me enamoro, me va, me va...) (¿Qué pasaría por la cabeza de esa gente para escribir en una canción "chachi piruli"? A ver, el chachi está bien, peores cosas se han visto, ¿pero el piruli? ¿A qué fin?). Suponemos que a un tal Chomsky lo mismo no le gustaría nuestro fantástico uso del “chachi pistachi”, pero Chomsky nos puede comer el PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII helado. (Que conste en acta que a mi me cae bien el pavo en cuestión, su cara de Clark Kent cuando debatía contra Foucault me puede). (No recuerdo eso, solo pude centrarme en la reluciente calva de Foucault, gracias).


Hoy, para vuestro goce y deleite, venimos a compartiros una receta que Camino, en un momento de desesperación porque tenía un hambre inmensa y no había gran cosa en la nevera iluminación divina creó, en un lluvioso (Yo no recuerdo que lloviera) día de primavera (Tampoco recuerdo que fuera primavera. ¿Alguien me estaba espiando en ese entonces para saberlo?) (Creo que fue en invierno, en realidad, o eso dicen mis informantes) (Ana, por última vez, las pelusas de tu habitación NO son informantes. De hecho, no pueden hablar siquiera). Y la razón por la que queremos compartiros esta receta (aparte de porque Camino jura y perjura que está buena) (¡Lo está de verdad! ¡Y es mazo sana! Creo, tiene verdura. Eso es sano, ¿no? Claro que también lleva bastante mayonesa…) ("La comida siempre es sana, todo depende de las cantidades", me digo a mi misma cada vez que voy al Burguer)  (Ahora mismo me apetece un saludable y ligero kilo de algodón de azucar. Tu dijiste cantidades, Ana, pero no dijiste cuáles) es por el magnífico nombre que le puso: “El beso del demonio de San Patrick”.

CHAN CHAN CHAAAAAAAAAN.
¿Que qué es? ¡Ah! Que no lo habíamos dicho. Es un sándwich. (Es un buen nombre para un sándwich, algo aparatoso pero oye… tiene un razonamiento perfecto detrás). ¿Queréis saber cómo hacer esta creación y saber también cuál es la razón del nombre? ¡Seguid leyendo, queridos Miguelitos! (¿Qué? ¿qué no queréis? pues... sería un bonito detalle por vuestra parte seguir haciéndolo).

MAUAHAHAHAHA... digo... si, comida...

EL BESO DEL DEMONIO DE SAN PATRICK.

INGREDIENTES
Pan de molde.
Un diente de ajo. [Opcional. Al gusto del cocinero. (De opcional nada. Sin él, solo es "de San Patrick" sin beso ni demonio ni na' de na')].

Mayonesa.
Piñones (pelados, evidentemente). (Aunque si quieres echar la piña entera, allá tú).
Espinaca cruda.

PROCEDIMIENTO
1. Coja dos rebanadas de pan de molde e insértelas estratégicamente en las ranuras destinadas a esa labor de un tostador normal y corriente. Si no tienen tostador usen una carmela (la persona no, la sartén especial). Si no tienen carmela usen una sartén. Si no tienen sartén no sabemos qué diantres hacen para cocinar algo más complicado que una ensalada, un gazpacho o un sándwich. (Bueno, técnicamente esto también es un sándwich, así que ciertos tipos de sándwich también quedan descartados de su repertorio de cocina).
2. Mientras el pan se está tostando [recuerde echarle un ojo para que no se queme demasiado, pero no se tome lo del ojo de forma literal (recuerde que si lo echa ya no habrá manera de volvérselo a colocar)] saque el resto de ingredientes de donde los tenga guardados y mire por la ventana. Si no tiene ventana su vida es muy triste. Puede ir pelando el ajo para matar el tiempo. (Fundamental esto de mirar por la ventana, ¿eh? Le da ese toque especial y autóctono).
3. Una vez el pan esté tostado y calentito coja el ajo y frótelo con sensual delicadeza contra las dos rebanadas, sólo por un lado. Una vez hecho esto envuelva el ajo y guárdelo de nuevo, que está perfecto para volver a usar. (En mi casa no nos gusta desperdiciar, y realmente no se ha hecho nada malo con ese ajo, así que ¡de vuelta al bote!). Si no le gusta el ajo puede no echarlo, pero lo cierto es que le da un toque picante delicioso a este sándwich. (Y si no se lo echa el nombre ya no tiene razón de ser…) (Entonces hay que echarlo sí o sí, voy a cambiarlo). Pero ponga el ajo, por su bien y el del sándwich (Que él no tiene culpa de nada) (Su sándwich terminará sintiéndose muy solo sin su ajo y usted será el responsable de tener un sandwich depresivo).
4. Hecho esto coja un cuchillo y extienda mayonesa por la superficie por la que ha untado el ajo, cuidando de no pasarse en demasía. (A mí esto me la repampinfla*, pero porque mi amor por la mayonesa es tan grande que podría comerla a cucharadas. De hecho, lo he hecho. Es una larga historia, pero no me arrepiento).
5. Una vez el pan esté untado con ajo y mayonesa coja unos cuantos piñones y repártalos al gusto por las rebanadas (¿Los piñones son estrictamente necesarios?) (Sí, lo son. Si no lo fueran habría escrito "opcional". No lo pone, ergo son obligatorios. Y están ricos).

INTERRUMPIMOS POR UNOS SEGUNDOS LA RECETA PARA DECIR QUE ESTE PROCESO SE DEBE LLEVAR A CABO EN LAS DOS REBANADAS TOSTADAS. POR SI NO HABÍA QUEDADO CLARO. 

(En este espacio aprovecharé para poner publicidad).
(Ya). (No pinchéis. Ana es tonta). (¡HE GANADO! ¡HE GANADO! ¡HE...! ¿Qué no pinche qué?).

6. Ahora coloque estratégicamente unas cuantas hojitas de espinaca (cruda) por la superficie para un toque crujiente. Tal vez sea importante informarles de que el sabor de las espinacas, que ya es muy suave en crudo, va a quedar eclipsado por el resto de los ingredientes, pero aporta los beneficios mentales de pensar que se está comiendo sano (Lo que es más importante que el que haya piñones). Todo está en la mente. Probablemente también aporte alguna vitamina, pero eso es de menor importancia.
7. Repita este proceso otra vez (menos lo del ajo) en una de las rebanadas esta vez, cierre el sándwich y disfrute. (¿Y lo del ajo por qué no? ¡Cuanto más ajo más demoníaco el sandwich!) (Si consigues solucionar eso de untar ajo encima de mayonesa y espinaca, Marina... te has ganado el poder ponerlo).

Esta es una receta fácil, sana (si no te pasas con la mayonesa, claro) y rica. (¡Está realmente bueno, doy fe! Y llena que te cagas. Debe de ser cosa de los piñones) (Aaaah ¡por eso los piñones!).

Y ahora la razón por la que se llama así. Camino, procede.

¡Hola de nuevo! Camino al habla. Últimamente estamos monologando mucho vosotros y yo, ¿no? (como vosotros no habláis, pues…).

En fin, estaba yo comiéndome el sándwich tranquilamente cuando pensé que si mi casa fuera el Rodilla (si no lo conocéis es un restaurante... creo... de sándwiches y otras cositas ricas) ese sándwich que yo había creado tendría que tener un nombre. Y piensa que te piensa mi cerebro relacionó el ajo con el demonio (por eso de que a mucha gente no le gusta. Yo no me encuentro entre esas filas. También por eso de que a veces cuando te pasas con el ajo puedes quedar un poco… con aliento de dragón, digámoslo así) y el verde de las espinacas con San Patricio (San Patrick en esta versión porque quedaba más guay así). Lo del beso ya no recuerdo muy bien a qué vino (Fue precisamente por lo del ajo, porque dijiste que tendrías un aliento que echaría para atrás y por eso tus besos serían demoníacos) (¡CIERTO! Pero me gusta el ajo. Hay que aprender a vivir con ello), pero el nombre me gustó tanto como el sándwich y así se quedó. (¡Esto es pura relación de ideas, el psicoanálisis está tan orgulloso de ti!)

He aquí toda la historia, no hay más. A veces la mayonesa se me sube al cerebro y salen cosas como esta… bueno, yo aquí me despido. ¡Chaíto, Miguelitos!

¿Qué os ha parecido esta receta? Es algo diferente de las otras, pero igualmente esperamos que la probéis. 

Con mucho amor y brillis brillis,
Ana, Camino y Marina.

¡EDITO EL 8/04/2.016 PARA INFORMAR QUE AYER ENCONTRÉ UNA FOTO EN MI ORDENADOR DEL SÁNDWICH Y LLEVA TOMATE TAMBIÉN! Importante. Ahora, ¿en qué carpeta he metido la foto? Buena pregunta. Llevo buscando todo el día.

*Me la repampinfla: expresión que significa “me la suda”, “me la trae al pairo”, “no me importa una mierda”, "me importa un bledo", "me da lo mismo". Clase de sinónimos para vosotros, así, gratuitamente.

1 comentario:

  1. Madre mia, estas recetas improvisadas y raras son las que irán pasando de generación a generación, mejorándose con los años y añadiendo más mayonesa (y piñones).
    Es muy curiosa y, aunque no creo que tenga el valor de probarla, me ha encantado la idea.
    Un beso
    Lena

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