Días de mierda #3: Onigiris y Star Trek o cómo una semana de mierda puede evolucionar a algo bueno.

¡Hola holita, Miguelitos!

Esta niña se parece extrañamente a Camino de pequeña... 
Sucia mentira, yo nunca iba con esas camisetas.

¿Qué tal os ha ido la semana? ¿Como un camión descarrilado o como un genial almohadonazo de un cojín de plumas? ¿Qué tal se os ha estado dando la supervivencia en estos siete días que no nos hemos visto/leído? ¿Os habéis enterado? ¡Brad Pitt vuelve al mercado!

Pero a pesar de que Brad vuelva a estar en el mercado de la soltería a Camino, al parecer, le ha tocado una semana increíblemente de mierda. (¡Los putos astros se han alineado contra mí! ¿¡Qué os he hecho, cuerpos flotantes en el espacio, eh!? ¡Si yo estoy aquí gravitando sin meterme con nadie!). En serio, por lo que contaba parecía salida de la película "Una serie de catastróficas desdichas". Si llega a tener más mala suerte le cae un ladrillo mientras va a por el pan y después le caga una paloma encima. Pero todo ha mejorado al final. Como en las comedias románticas de los 2000 (Qué moda más genial, qué películas más geniales. Es todo tan maravilloso... soy una gran fan de este tipo de películas) (Es que tienen un noséqué quequéséyo que enamora). No, no le ha tocado la lotería ni un viaje al extranjero, ni un guapo desconocido se le ha acercado para confesarle su amor eterno, no. Todo tiene que ver con onigiris y Star Trek (Tal y como empiezan todas las buenas historias).

Todo empezó, queridos nuestros, un lunes de mañana... Muy de mañana... Bastante de mañana... De hecho, toda la semana se basa en madrugones increíbles, burócratas tocapelotas, colas larguísimas y profesores que deciden que tocarse los huevos es más importante para el universo que ayudarte mínimamente a entrar en tu máster poniendo tu nota oficial. (Odio a la entidad universitaria :D) Básicamente este es el resumen, y así toda la semana. Pero aunque llegó un momento en que ésta no parecía tener fin, las cosas siempre pueden cambiar y volverse interesantes y divertidas y de eso va la entrada de hoy. De esperanza, de amistad. De arroz, trucha ahumada [porque somos gilipollas y no leemos lo que pone en los paquetes (estaba con los ahumados y tenía color salmón, ¿quién iba a saber que no era salmón?], aguacate, y palitos de cangrejo. Y sobre todo... Star Trek.

Como ya os habréis dado cuenta, la semana pasada cambiamos de cabecera y la actual va de nada más y nada menos que Star Trek (si no os habéis dado cuenta... ¿qué os pasa, no tenéis ojos en la cara?) porque, lo creáis o no, nosotras somos unas trekkies de cuidado y uno de nuestros fanatismos más severos es la fantástica relación homoerótica sutil pero claramente visible entre el Capitán James Kirk y su Primer Oficial el Comandante Spock (Spock + Kirk = Spirk). Es que sólo hay que verles para ver su amor eterno, sensual y magnífico. Para muestra, este vídeo de Spock diciendo Jim, que se le caen a una las bragas sólo de escucharlo.

(Todos esos "Jim" y "Capitan" son mojabragas de manual, pero es que hay un "Jim" en concreto que es casi orgásmico sin el casi. Puro porno auditivo. Me puede).

Uffff... después de este vídeo revolucionador de corazones y entrepiernas, seguimos. Pero la razón de la cabecera no es solo esta. Este septiembre hace 50 años de que el primer episodio de Star Trek fuera emitido. ¿¡No es emocionante!? Además, para l@s trekkies que amamos el Spirk, este mes es doblemente especial ya que lo consideramos el mes Spirk desde 49 años atrás cuando fue estrenado el capítulo de Amok Time, capítulo Spirk por excelencia.

Se me sale el corazón, os lo juro. Miradles, eso es amor.
A mi me hace llorar de la emoción. Esa sonrisa en un vulcano dice tantísimo.

Y para terminar la lista de cosas por las que chillar acaban de estrenar en el cine la última película de la saga Star Trek Reboot, que es una nueva línea temporal con la misma tripulación que tuvo la nave estelar Enterprise en la serie original. A nosotras, aunque sigue haciéndonos chillar (Porque Star Trek en general nos genera mucho chillido fan), nos genera nuestras dudas y desacuerdos, ya que no creemos que hayan captado del todo la esencia de los personajes originales (cosa que también sabemos es bastante complicada, así que lo entendemos, porque superar toda esa sensualidad sesentera es complicado, muy complicado). Pero a pesar de la falta de galantería sesentera de la nueva serie, que tiene ahora el equivalente potentorro-mojabragas de los años actuales, no hemos tenido problemas en quedar un día para ver juntas las dos primeras (de las nuevas), chillar a gusto, gritar mucho "NOW KISS" y empacharnos de comida. Y puesto que a ambas nos encanta la comida japonesa y Marina es una fanática de su cocina, fue propuesta la idea y de repente una semana de no dormir y luchar contra el mundo se convirtió en una alegre y divertida tarde de cocinar onigiris, ver películas, divertirse y quemar una olla, algo que fue un accidente bien tonto por irnos a hacer el payaso sin prestar atención al fuego. No lo hagáis en casa, Miguelitos, siempre atentos a los fogones y comer como cerdas felices.

Por cierto, para los que sí sepan sobre el universo Star Trek el hecho de que en la portada se nos represente con camisetas rojas no quiere decir que seamos unas suicidas, sino que de formar parte de una tripulación de la starfleet nosotras seríamos xenoantropólogas, por lo que ese sería el color de nuestra camiseta. Los demás camisas rojas que mueran si quieren, pero nosotras somos parte esencial de la tripulación, como Uhura y Scotty. Tsss.

PUAJAJAJAJA qué cruel y al tiempo qué cierto...
Pobres camisetas rojas... te daban pena ya desde el minuto 1.

En todo caso, que puede ser que la semana fuera mala. Pero todo mejoró el jueves: nos pusimos finas filipinas a comida: primero cupcakes, luego hamburguesas del McDonald's y luego onigiris caseros (por si nos quedábamos con hambre). Le gritamos al gato de Marina, quien se alejó mirándonos con suficiencia maligna por ser él quien es, el señor del averno (él le maulló debidamente al aguacate, porque mi gato no es mi gato si no le maúlla al aguacate). Gritamos al ordenador al ver todo ese amor Spirk. Y disfrutamos como enanas de las películas, preparándonos para ver la tercera en el cine con toda su maravillosidad Spirk. Esto demuestra el poder de Star Trek, de la comida y de la amistad.

Y como añadido a nuestra despedida de siempre... Larga vida y prosperidad, Miguelitos.

Con mucho amor y brillis brillis

Camino y Marina

P.D: Realmente esta entrada es para informaros de lo frikis y glotonas que somos más que de cualquier otra cosa, porque de día de mierda no hemos profundizado. Ya lo haremos, ya. Esto era más urgente. STAR TREK POWER!

Con mucho amor y brillis brillis

Camino y Marina